UN SACO DE TRIGO

 Buenos días querid@ lector/a; el cuento de hoy se titula: "El saco de trigo".

Dos mendigos hambrientos llegaron un día a la casa de un rabino hasid y le imploraron:

- ¡Danos de comer!, pues no tenemos nada aparte de este pequeño saco de trigo.

El rabino, amable y atento, les invitó entonces a su mesa. Una vez satisfechos, los mendigos le dieron las gracias al rabino y le dijeron:

 - Nos volvemos a mendigar por algún tiempo. ¿Podrías guardarnos este saco de trigo?

El rabino acompañó a los dos hombres hasta la puerta, asegurándoles que lo guardaría con sumo cuidado.

Pasó el tiempo y el rabino, viendo que no regresaban los dos shnorrer, pensó:

 -¿Qué voy a hacer con este trigo?, ¿No sería mejor sembrarlo antes de dejarlo a merced de las ratas?

Lo sembró, el trigo creció y fue segado. Pasó un año sin que los mendigos volvieran a aparecer. El rabino sembró de nuevo el trigo recogido. Pasaron varios años así y, cosecha tras cosecha, el trigo llenó un granero entero.

Por fin, los mendigos reaparecieron, un buen día, más pobres que nunca. Igual que la primera vez, le imploraron que les diera algo con que aplacar su hambre. El rabino les llevó entonces al granero y, señalándoles la enorme cantidad de trigo allí amontonado, les dijo:

-¡Tomad posesión de vuestro tesoro!

Para entrar en posesión de un tesoro semejante, hay que trabajar, hacer uso de los propios recursos, utilizar lo que se tiene. Si no se hace nada con lo que se tiene, ¿cómo va a crecer el trigo? Un pequeño saco de trigo puede producir un tesoro increíble. Si queremos, un valor o un conocimiento que tengamos, por mínimo que éste sea, puede proporcionarnos toda una fortuna.

Conozco a una familia entera en la que los hijos no iban a la escuela. Éstos no hacía más que leer comics. Y ahora, ¿qué es lo que hacen? Pues, tienen una cadena de almacenes que vende comics y son gente próspera. Aunque sin cultura, viven de lo que siempre les ha apasionado.

¿Cuál es el pequeño conocimiento que todavía no has sembrado?

Recibe un abrazo desde el corazón y acuérdate de compartir.