CHAKRA DOS: (ELEMENTO AGUA)

 Buenos días; hoy vamos a profundizar en el chakra Dos.

CHAKRA DOS= SVADHISTHANA= CHAKRA DEL AGUA

Situado en la parte inferior del abdomen, entre el ombligo y los genitales, es un importante centro de movimiento del cuerpo, razón por la cual también es conocido como "sede de la vida".

El elemento de este chakra es el agua y por consiguiente, el centro energético se corresponde no solo con las funciones corporales relacionadas con el líquido (circulación sanguínea, la eliminación de la orina, la sexualidad y la reproducción), sino también con las cualidades de este elemento, como su capacidad de fluir, su falta de forma, su movimiento y su entrega.

Este segundo chakra es el centro de la sexualidad y de las emociones, la sensación, el placer, el movimiento y los cuidados. 

En sánscrito, este chakra se denomina Svadhisthana, término que por lo general se traduce como "morada propia". Su raíz Sva, significa "propio, de uno". También  leemos Svad, que significa "percibir el dulzor o saborear con placer, disfrutar". Cuando la planta tiene raíces profundas y recibe una adecuada cantidad de agua, el fruto es dulce. Abrir el segundo chakra, significa beber con agrado de las dulces aguas del placer.

Los conceptos de yin y yang, también son aplicables a los chakras. El chakra Uno es yang, porque representa nuestro inicio, nuestra base y es un número impar.

El chakra Dos es yin y en consecuencia, abarca más cualidades femeninas asociadas a la receptividad, las emociones y los cuidados. La capacidad de creación de una nueva vida, centrada en el área de Svadhisthana (el útero), es únicamente femenina.

El agua es receptiva y adopta la forma de aquello con lo que se encuentra, siguiendo su camino sin resistencia pero cada vez con mayor potencia e impulso.

El segundo chakra está relacionado con la Luna. Al igual que la atracción que el satélite terrestre ejerce sobre las mareas, nuestros deseos y pasiones pueden mover grandes océanos de energía. 

La Luna rige el inconsciente, lo misterioso, lo invisible, la oscuridad y lo femenino. Ello aporta a este centro un poder muy particular mientras desde nuestras profundidades nos volcamos hacia el exterior para provocar cambios en el mundo.

EL PRINCIPIO DEL PLACER: Tal y como sucede con otros seres vivos, el organismo humano muestra una inclinación natural a acercarse al placer y alejarse del dolor. Al igual que el instinto de supervivencia, se trata de un patrón biológico innato, estrechamente vinculado al instinto de supervivencia del primer chakra.

El dolor es un indicador de que algo está amenazando nuestro organismo, mientras que el placer, suele revelar que la situación es segura, lo cual nos permite centrar nuestra atención en otras cosas.

Sin embargo, el principio del placer se extiende más allá del ámbito de la mera supervivencia. Muchas de las actividades que resultan placenteras, no solo no contribuyen a mantenernos con vida, sino que en algunos casos puede incluso perjudicarnos, como por ejemplo, gastar dinero en frivolidades o actividades intrascendentes o consumir drogas peligrosas. Estas acciones pueden acabar con nuestros recursos, tanto corporales como monetarios.

En otros casos, el placer nos permite adentrarnos todavía más en el templo del cuerpo, sintiéndonos satisfechos, encontrar una base de poder, amor, creatividad y concentración meditativa, todos ellos aspectos de los chakras superiores.

El placer, que se adecúa a la dualidad del segundo chakra, es un arma de doble filo. Se trata de un chakra en el que resulta sencillo quedar atrapado, si bien la trampa puede radicar tanto en evitar el placer como en buscarlo en demasía. El equilibrio en cualquier chakra requiere de una apertura hacia su energía particular, sin un apego excesivo.

El placer nos ayuda a expandirnos, mientras que el dolor suele contraernos. Si deseamos expandirnos desde la forma fija del mundo material hacia la consciencia ilimitada, el placer puede ser uno de los primeros pasos a seguir, como herramienta para invitar a la consciencia a viajar por todo el sistema nervioso y también a salir fuera, hacia otras personas. Además, el placer incita a la entrega, que es un proceso necesario para el despertar espiritual.

El placer ayuda a la mente y el cuerpo a establecer una comunicación eficaz y a través de él, aprendemos a relajarnos y aliviar la tensión. Los impulsos a partir de entonces fluyen con libertad por todo el organismo, sin miedo a ser reprimidos y de forma gradual estos impulsos crean patrones rítmicos y coherentes que aportan sosiego a todo el sistema nervioso.

Mañana profundizaré en el chakra Tres.

Recibe una abrazo desde el corazón y acuérdate de compartir.

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