IRA

 Buenas tardes; durante los próximos días, voy a hablaros de las emociones básicas.

Hoy comenzaré hablándoos de la IRA.

IRA: rabia, enojo, enfado; esta emoción sirve para hacer justicia; para enderezar lo que está torcido.

La ira es una emoción correctora.

Puede llegar a nublar la capacidad de pensar y hacernos perder el control, aunque también la podemos utilizar en la resolución de conflictos.

En muchas ocasiones, sentir rabia es algo inevitable, justificado e incluso útil, pero otras veces, conlleva una explosión que acaba sacando la peor versión de cada un@ de nosotr@s.

Reconducir la energía que se genera con la ira, significa conocer la emoción para poder controlarla. Por un lado, aceptar su presencia y saber que los pensamientos y sentimientos que la acompañan son irracionales. 

Por otro lado, es necesario encontrar la manera de sentirse dueñ@ de la situación con la capacidad de razonar y comprender.

A continuación te doy unos tips para aprender a encauzar la ira:

- Reconoce el sentimiento. Es importante que te detengas a identificar qué es exactamente lo que sientes, intentando poner en palabras las sensaciones que estés sintiendo. Reconoce que estás airad@ y que algo te ha molestado. El objetivo principal de la ira es avisarnos de algo que sucede en nuestro interior.

- Admite la frustración. El enfado es una señal que aparece ante un deseo o una expectativa que no se ha visto realizada; la rabia surge por una percepción de daño o frustración. Para descubrir qué ha desencadenado esa rabia, puedes hacerte las siguientes preguntas:

¿Cuál ha sido la situación que tanto me ha molestado?

¿Por qué me enfurezco de esta manera?

¿Lo que siento en este momento, me recuerda a alguna experiencia desagradable pasada?

- Asume la responsabilidad. La tendencia más fácil al sentir rabia es la de echar las culpas fuera, hacia las personas o circunstancias. Con esta actitud, das por supuesto que los sentimientos están fuera de tu control. Por el contrario, la ira, de quien más habla es de ti mism@, de cómo reaccionas ante un hecho. Si lo entiendes así, te ayudará a responsabilizarte de tu emoción y a conocerte a través de ella.

- Libera la energía. Al sentir ira, tu cuerpo reacciona al instante segregando adrenalina, tensando todos tus músculos, manteniéndote alerta e incrementando los latidos de tu corazón. Es una respuesta instintiva. Para descargar tensión, puedes llevar a cabo diferentes alternativas: correr unos metros (el ejercicio practicado de forma regular resulta muy útil), golpear un cojín, gritar, tomar distancia dando un paseo, sentarte y respirar durante unos minutos hasta que te sientas calmad@.

- Expresa el mensaje. Una vez que has comprendido lo que estás sintiendo, debes hacer llegar a la otra persona tus sentimientos, tu punto de vista, la expectativa no cumplida. Asume tus propios sentimientos, teniendo en cuenta también las necesidades y sentimientos de la otra persona.

Experimentamos ira a lo largo de toda nuestra vida, ya desde la infancia. La expresión adecuada de la rabia ante la frustración constituye un aprendizaje constante. Entender que el enfado tiene una importante función en tu vida, te ayudará a manejar la emoción. La rabia sirve para llamar nuestra atención, para resolver la situación que nos está afectando de manera negativa; nos ayuda a reafirmarnos, a diferenciarnos del otro, a expresar nuestro propio punto de vista y nuestras necesidades.

Sígueme en los siguiente post, en los que seguiré hablándote del resto de emociones básica.

Un abrazo desde el corazón y acuérdate de compartir.

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