EL LADO POSITIVO DE LA IRA

 ¿Cuando fue la última vez que sentiste una ira auténtica y profunda? Sin duda habrás percibido como altera todo tu cuerpo. Los músculos se tensan, sientes calor, te duele el estómago, sube tu presión arterial, se te seca la boca..., el mundo se acelera y temes perder el control.

¿Y si te dijera que la ira bien manejada es una de las emociones más valiosas?

- Mientras la mayoría de las emociones "negativas" nos impulsan a parar, a evitar situaciones, la ira nos invita a la acción.

- Si usamos esa energía interna en una dirección determinada y actuamos usando la razón, el temple y la seguridad personal, esta emoción nos ayudará a conseguir grandes logros.

- Si eres capaz de canalizar tu ira al lugar adecuado y de manera creativa, adquirirás una gran ventaja frente a los demás.

Como ya te he dicho antes, la ira nos invita a la acción.

¿Eres de l@s que procrastinan?, esto es, ¿eres de los que deja todo para después o para mañana?

Pues déjame decirte que sufres a bajo nivel de intensidad la emoción de la ira; la falta de ira te hace postergar hacer las cosas, o la toma de decisiones.

Si por el contrario, eres de l@s que actúa y después piensa, el nivel de intensidad con el que sientes la emoción de la ira es alto; por lo tanto, en el término medio está la VIRTUD.

¿En cuál de las dos opciones te identificas?

Si te identificas en la primera, pregúntate: ¿Para qué estoy aplazando yo hacer esto o tomar esa decisión?; ¿A qué le tengo miedo?; ¿Qué hay detrás de todos esos aplazamientos?

Y si te has identificado más con la segundo opción, pregúntate: ¿Qué es realmente lo que me está molestando de esta situación?; ¿Hay alguna expectativa que no se ha visto cumplida?; ¿Cómo me encuentro emocionalmente hablando?; ¿Estoy triste?; ¿Me recuerda a algún episodio doloroso de mi pasado?

Espero una vez más que te sirva de ayuda el post de hoy.

Recibe un abrazo desde el corazón y acuérdate de compartir.

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