ALEGRÍA

 Buenas tardes; hoy voy a hablaros de la alegría.

La alegría es un sentimiento positivo que puede surgir entre otras cosas por: la atenuación de un malestar o el logro de una meta, la observación de la felicidad de alguien a quien apreciamos o la contemplación de algo que nos parece hermoso. 

Su intensidad se modulará en función del grado de deseabilidad del objetivo alcanzado y por otra serie de factores, entre los que cabe destacar:

- La realidad del acontecimiento. No es lo mismo la alegría que experimentamos cuando nos imaginamos que nos ha tocado la lotería que cuando nos ha tocado de verdad.

- El nivel de activación fisiológica previo. Cuanto más activad@s estemos, más alegría sentiremos cuando se produzca el acontecimiento desencadenante.

¿Qué nos produce alegría?

Como ya se puede deducir de lo dicho anteriormente, cualquier evento que nos resulte agradable. 

Obviamente nos producirá alegría todo aquello que nos impide nuestro malestar o sufrimiento. 

Además, existe otro tipo de alegría: la alegría hilarante que es aquella que produce risas, carcajadas... y cuyos desencadenantes más comunes son los chistes, las anécdotas graciosas, las cosquillas...

¿Para qué sirve la alegría?

Esta emoción tiene múltiples beneficios para nuestra salud; a nivel hormonal, cuando nos sentimos alegres, generamos un neurotransmisor llamado serotonina que atenúa entre otras cosas nuestro estrés y nuestra ansiedad. Bajo estados emocionales alegres somos más creativ@s, más propens@s a la interacción con los demás, más serviciales. Además la alegría aumenta nuestras defensas, pudiendo llegar a la conclusión de que una persona alegre, es una persona más saludable.

En vistas de que la alegría hace que aumentemos nuestras defensas, sobre todo en los días que vivimos, un buen ejercicio a hacer es poner atención a aquello que nos pone contentos y dar las gracias por ello.

Y hasta aquí con la emoción de hoy.

Un abrazo desde el corazón y acuérdate de compartir.