MEDITACIÓN PARA SERENARSE

 Buenos días; hoy quiero acercarte un poco más a la meditación y para ello te voy a dejar una práctica escrita; para poder realizarla, te recomiendo que la grabes con tu propia voz, hablando con una voz suave, serena y que hagas algunas pausas y respiraciones profundas, que estarán marcadas en el texto.

Eligen un lugar en el que puedas sentirte relajad@, receptiv@ y cómod@; aségurate de que nadie te vaya a molestar en los siguientes 10-12 minutos.

La postura para comenzar es importante, puesto que necesitas permanecer en un silencio atento y una postura tensa lo dificultará. Suele ir bien sentarse con las plantas de los pies apoyadas en el suelo, la espalda recta y el cuello erguido, pero no tenso. Tal vez te convenga relajar antes los hombros, de manera que tus brazos cuelguen después relajados a los lados, aunque también puedes apoyar las palmas de las manos sobre tus muslos. Si lo deseas, puedes cerrar los ojos.

Cuando hayas encontrado una postura que te permita estar receptiv@, relajad@ y atent@, haz dos o tres respiraciones profundas, inspirando aire por la nariz hasta el abdomen y luego dejándolo salir lentamente. Inspira varias veces, hasta que sientas el pecho lleno de aire y luego espira, dejando salir las tensiones del cuerpo. De este modo empiezan a disolverse el estrés y la ansiedad acumulados y comienzas a serenar tu interior. Ahora que ya estás preparad@, puedes poner la grabación:

A medida que te vas serenando y las voces de tu cabeza se apagan un poco, puedes comenzar a notar diferentes cosas de ti y de tu entorno. Tal vez, percibas más que estás ahí, en ese lugar. (Pausa y respiración).

Tal vez, percibas los sonidos, los olores y la temperatura que te rodean. (Pausa y respiración).

También, podrías comenzar a percibir tu presencia allí, sentad@ y que esa presencia tiene una cualidad especial. Simplemente permanece presente con tu experiencia más profundamente. (Pausa y respiración).

No se trata de llegar a ningún lugar, no hay ninguna meta, ninguna forma especial en que debas estar, ninguna inspiración o sensación espiritual que necesites tener. Simplemente percíbete tal como eres y estás. Si estás cansad@, percibe tu cansancio; si estás agitad@, percibe tu agitación. (Pausa y respiración).

¿Qué impresiones o sensaciones vienen a tu cuerpo en este momento?  Pausa y respiración.

¿Te sientes sentad@ en la silla?

¿Percibes tus pies en el suelo?

¿Cómo los sientes en este momento?, ¿Fríos, calientes, hormigueantes, sin ninguna sensación? Pausa y respiración.

¿Cómo es tu presencia en este momento?, ¿Rápida, acelerada?, ¿Tranquila y expansiva?, ¿Densa y pesada, o ligera y fluida? Pausa y respiración.

A medida que te relajas, comienzan a revelarse ciertas tensiones que podrías tener en tu cuerpo, tal vez cierta manera de sostener la cara, un cierto ladeo de cabeza o cuello, tal vez tengas los hombros encogidos o en desequilibrio entre ellos, tal vez notas bloqueadas e insensibles algunas partes de tu cuerpo. Si percibes alguna de estas cosas, no reacciones a ellas, ni trates de cambiarlas, simplemente obsérvalas y deja entrar más profundamente tu percepción en ellas. (Pausa y respiración).

Continúa en silencio, observándote y observando tus pensamientos, intensificando tu capacidad de estar en ti, de habitar plenamente este momento, saboreando tu presencia y permitiendo que surja algo más profundo y esencial. (Pausa y respiración).

Mantente ahí durante unos minutos más, disfruta de estar presente para ti. (Pausa y respiración).

Ahora, vete volviendo a conectar con la sala donde estás, con los sonidos, los olores y cuando estés preaparad@ abre los ojos y haz otra respiración profunda.

¿Qué tal ha ido la práctica?

Déjame tus comentarios, me gustará mucho leerte.

Recibe un abrazo desde el corazón y acuérdate de compartir.





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