NUMEROLOGÍA Y HERIDAS DE INFANCIA

Buenos días, querido lector; en el artículo de hoy vamos a ver cómo está relacionada la numerología con las heridas de nuestra infancia...

El niño que fui, habla del adulto que soy.

De sobre es sabido que la etapa infantil es la base de la vida adulta.

Todo lo que vivimos en nuestra primera etapa de vida, va a marcar e influir irremediablemente en la persona que me convertiré para bien o para mal.

Sabemos también que las mismas experiencias vividas por ejemplo entre hermanos, suelen impactar de manera muy diferente para cada uno de ellos, y es que somos muy distintos en nuestra energía y lo que para algunas personas es algo fácil de vivir o de transitar, para otros es un derrumbe total. Lo que para algunos es llevadero, para otros es insufrible.

Las heridas principales de la infancia son 5:

- Humillación: hacerlos sentir menos, hacerlos pasar vergüenza...

- Rechazo: no aceptar su preferencia de vestir, peinar.., no aceptar sus gustos por determinados juegos, colores...

- Abandono

- Traición: decirles una cosa y luego hacer otra, decirles que no le cuenten su secreto y luego decírselo a...

- Injusticia

Cualquiera de estas heridas puede marcar mucho a una persona y cambiar o distorsionar su esencia.

Esto que vamos a analizar ahora, es una generalidad, tendremos que utilizarlo simplemente como una tendencia, no como una sentencia.

El identificar el tipo de energía que predomina más en mí, me va a ayudar a conocerme, entenderme y poder vivir mejor y más equilibradamente mis emociones.

El conocer la energía de nuestro entorno y de nuestros hijos, nos va a ayudar a muchos a empatizar con ellos y comprenderlos mucho mejor, ayudando muchísimo en su desarrollo emocional.

Para saber el tipo de energía que predomina en una persona, me voy a fijar en su fecha de nacimiento y voy a tener 2 valores en cuenta:

El día de nacimiento reducido a un dígito, por ejemplo: 24...2+4 = 6

Y el resultante de la suma de toda la fecha de nacimiento, por ejemplo: 21/03/1980

2+1+3+1+9+8+0 =24... 2+4 = 6

Y aquí, valorar la predominante.

Un niño de energía 1, va a llevar muy mal las heridas de humillación y traición. Su energía es fuerte, segura, con capacidades de líder..., que se sienta ninguneado, que se le grite o desvalorice de alguna manera es muy grave para su energía, sobre todo si es delante de más personas.

Se volverán niños irritantes e hirientes, agresivos en actos o palabras.

Un niño de energía 2, llevará muy mal las heridas de abandono. Su energía es dual, necesita sentirse respaldado, acompañado en todo momento y necesita una mano que le ayude. Si el abandono o el rechazo le llega en edad de infancia, se harán niños inseguros, tímidos en exceso, con autoestima baja y poca determinación.

Si a un niño con energía 3 se le rechaza, perderá su alegría, sus ganas de juego, su sociabilidad y entusiasmo por la vida, se volverá huraño, compartirá poco sus sentimientos y tenderá a tener un rico mundo imaginario en el que se sentirá más feliz que por fuera.

Con la energía 4, hay que tener especial cuidado con la herida de traición; su naturaleza los hace leales, confiables, porque son tal y como se muestran. Suelen ser maduros desde pronto, pero si se sienten traicionados de alguna manera, se cierran como ostras y les costará hablar de como se sienten, se enfadarán con mucha facilidad, se sentirán poco especiales, porque si su entorno más cercano fueron capaces de traicinarle, que no hará el resto, por lo que se pueden volver desconfiados.

Los niños de energía 5, son dinámicos, aventureros, inquietos, alegres..., sentir rechazo bloquea su expansión y también su capacidad de comunicar, por lo que se afectará su seguridad, su valor individual y su merecimiento.

Cuando la energía que predomina en un niño es la 6, le hace sentir muy emocional, su sentimiento y emociones son toda su vida, lo viven todo a través de lo que sienten y de ahí que necesiten sentirse sostenidos. Indudablemente el abandono es una herida que les marca de manera muy significativa, pero quizás la herida de la traición le cale aún más, haciendo que se vuelvan desconfiados y demandantes de seguridad emocional.

La peor herida de la energía 7, es la injusticia; su esencia es reflexiva y tranquila, son tremendamente mentales, por lo que los sentimientos muchas veces pasan a un segundo plano; son muy observadores y les gusta que se actúe con coherencia, aunque suponga pasar por alto los sentimientos. Cuando se actúa de manera injusta, se vuelven rencorosos, fríos, hirientes en el trato y juzgadores, así como los de la energía 8.

Estos últimos, tienden a enjuiciar y actuar de manera demasiado severa, cuando ha habido algún tipo de injusticia en la etapa infantil. Esta energía suele ser equilibrada en todos los planos, se muestran tranquilos en apariencia y son bastante resolutivos, pero si están heridos, tienden a ver su verdad por encima de las otras y actuar como si el mundo les debiera algo.

Un niño de energía 9, es por norma general servicial, tranquilo, empático, maduro..., cuando sufre la herida de la humillación, se puede volver tímido, inseguro, con problemas para expresar sentimientos y debilidades, lo que le hará parecer arrogante y altanero.

Todos llevamos una o varias heridas de la infancia que condicionan o han condicionado en alguna manera nuestras vidas. 

Lo que me duele cuando alguien me dice o me hace..., me está indicando que la herida está abierta.

Cuanto antes nos ocupemos de cerrar esas heridas, antes la vida nos va a dejar de poner delante la misma situación, porque la vida es una escuela y aquí venimos a aprender y como la vida es buena maestra, hasta que no tienes aprendida la lección, no pasará a la siguiente, así te lleve toda la vida.

Cuando llegamos a este plano, venimos con un MAPA que ya nos viene de serie, que es la fecha de nacimiento y otro que no es otorgado en este mundo y que tiene carga familiar, que es el nombre y el apellido que nos ponen.

Esto nos va a servir como libro de instrucciones para el que sepa y ponga interés en leerlo.

APRENDIENDO A SER

Sacado de la red.

Recibe un abrazo desde el corazón y acuérdate de compartir.

💛💛💛💛


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