💫COMENCÉ A VIVIR A LOS 52 AÑOS
Buenos días, querido lector; en el artículo de hoy, quiero compartir contigo el testimonio de una mujer de 52 años... Comencé a vivir a los 52 años. Hasta los 52 años, nunca pensé que la vida pudiera ser diferente — sin una rutina fija de casa, compras, lavadoras, comidas por preparar y silencios que soportar. Desde niña me enseñaron que lo importante para una mujer es establecerse bien, casarse, tener hijos y mantener unida a la familia. No contradecir, no discutir, no quejarse. Y si sueñas — hazlo en silencio, porque soñar no sirve de nada. Me casé joven, tuve dos hijos. Era madre, esposa, ama de casa. Lavaba, planchaba, cocinaba, corría todo el día. Mi esposo trabajaba. Volvía a casa cansado, comía en silencio, se sentaba frente al televisor. Luego comenzaba a criticar: que era aburrida, que me había dejado estar, que ya no tenía nada que decir. Decía que con mujeres como yo no se vive: se sobrevive. ¿Y yo? Yo callaba. Porque “la familia es sagrada”. Porque “hay que tener paciencia”...